¿Cómo te imaginas el futuro?. En 2008 El estudio de animación Pixar estrenó la película Wall-E donde se tocan temas filosóficos de una manera sutil. Nos plantean un mundo distópico en el que una megacorporación domina el mundo, y a causa de ello, la contaminación en la tierra es tal que obliga a los humanos a escapar en naves al espacio. En el futuro, los humanos serán completamente dependientes del sistema. Desde muy pequeños se les enseña a consumir productos de esta compañía y seguir las tendencias de la moda. Las personas se han convertido en esclavos de la tecnología en su totalidad, eliminándose las interacciones entre ellos. Imaginarnos un futuro de esta manera no es extraño para nosotros pues después de todo en la actualidad hay millones de personas enganchadas a su teléfono móvil. La mayoría están enfocados en trabajar para comprarse ropa y estar a la moda o comprar el último grito en tecnología, y lo peor de esto es que nuestro cuerpo se ha ido adaptando a este estilo de vida.
Es la cultura de la evasión y de la recompensa inmediata, el no pensar, postergar, consumir, dejar de hacer, procrastinar (hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras actividades más irrelevantes o agradables). Pero el ser humano no está diseñado para vivir en este estado de letargo, porque esto nos está llevando a la obesidad mental, física, emocional y espiritual. El perro se comió al amo, el “utensilio” dejó de ser una “utilidad” para convertirnos en dependientes del mismo, es el mundo al revés. La tecnología ha hecho grandes avances pero en ocasiones esto es posible violentando el estado natural de las cosas.
Vivimos hoy en día en un estado donde hemos paralizado la mente y ésta se queda en “modo espera” hasta que dejamos de mirar las pantallas y empezamos a ver el mundo real que nos rodea, las personas que están a nuestro lado, el entorno en el que vivimos y salimos de las sombras en la caverna de Platón para ver ese mundo exterior ( el de las ideas) como un mundo superior. Te propongo empezar a recuperar el equilibrio y la templanza (usar o hacer las cosas con moderación) con lo siguiente:
● Re-aprende a usar el móvil: detente un momento y piensa, el móvil es un instrumento de trabajo, se diseñó para poder comunicarnos de forma instantánea, pero, como tal, es una mera herramienta como lo es la azada para el agricultor. Úsalo para que te sea útil, no dejes que te atrape. Coge llamadas y responde a wasap importantes en un horario específico, el resto del tiempo haz otras cosas. Coloca el móvil en una cesta y cierra la tapa cuando llegues a casa, igual que haces con las llaves, ya que esa “llave-móvil” es un utensilio que no te es útil para
relacionarte con tu familia. Hacer esto te ayudará a salir de la “secta” en la que nos hemos metido sin saberlo. Por ejemplo: Cuando no mires el móvil mientras comes, podrás escuchar lo que tu hijo te está diciendo, podrás mirar hacia dentro y pensar en cosas que hace años que no piensas, despertarás a preguntas que no te hacías, te aburrirás y volverás a utilizar la imaginación, etc.
● Haz deporte: anda 30 minutos todos los días, es un ejercicio completo, sin impactos que te ayuda a moverte. El deporte rebajará tu obesidad y te ayudará a sentirte mejor porque liberamos las hormonas de la felicidad.
● Toma un café de calidad con un amig@ una vez por semana, donde los móviles no estén encima de la mesa y puedas compartir acerca de tu vida y de lo que sientes, de tal manera que cuando salgas de allí te sientas completo y feliz. Esto disminuirá tu sentimiento de soledad y aumentará tus niveles de oxitocina, la hormona de la alegría.
● Revisa tu higiene del sueño: acuéstate temprano dejando el teléfono fuera de la habitación. Dormir las 8 horas te ayudará a estar más enfocado, animado y con energía para enfrentar el día.