La película “50 primeras citas” gira en torno a una chica llamada Barrymore que tiene una forma de amnesia anterógrada que la película describe como «pérdida de su memoria a corto plazo». En la película, el personaje de Barrymore tiene daño cerebral permanente debido a un accidente automovilístico. Como resultado, su memoria solo dura un día; tan pronto como se duerme, su cerebro «reinicia» hasta el día en que comenzó la amnesia. Su cerebro puede codificar nuevos recuerdos y almacenar esos recuerdos, pero los recuerdos se vuelven inaccesibles para esa persona. En otras palabras, la persona no se da cuenta de que los recuerdos existen. Él o ella creerán perpetuamente que es el día en que comenzó la amnesia.
El personaje de Sandler se enamora de ella, pero debe presentarse continuamente una y otra vez, haciendo de cada una de sus «fechas» su «primera cita». Después de sus crisis, al final él consigue convivir con ella haciéndole un vídeo y reportaje fotográfico de su vida juntos, de sus citas, su boda, sus hijos, que se lo expone cada día antes de levantarse de la cama, para que cuando salga de la habitación siga con la vida que ya han creado juntos, pero que no recuerda.
Solo hay que pensar un poco para identificarnos con este personaje. Pasamos la vida tomando decisiones, proponiéndonos metas, imaginando futuros y soñando despiertos, y ese día empezamos la dieta y podemos comernos el mundo. Pero al día siguiente se nos ha olvidado la motivación de ayer y volvemos a hacer lo que siempre hacemos, lo que hemos estado haciendo todos estos años. Como en la película, nos sentamos en la misma cafetería y seguimos sintiéndonos igual que ayer porque nada ha cambiado, fue solo un “subidón”.. ¿Te sientes identificada con esto?
Te pregunto:
¿Cuál fue tu primer sueño de la infancia que recuerdes?
¿Qué sueños reales has tenido que se han hecho realidad?
¿ Qué sueños todavía no se han cumplido?
¿Cuál crees que es la causa? Escríbelo.
Ahora piensa un momento en algo de tu vida actual que tendría que cambiar para poder acercarte a esa realidad más elevada. El hecho de que tú puedas imaginar esa realidad que aún no existe demuestra que todo comienza en la mente.
Cualquier cosa que seamos capaces de concebir empieza siendo una idea.
Visualiza tus sueños, tu ideal. Cuando una idea, una posibilidad o un sueño nos atrae, despierta en nosotros el deseo de conocer más acerca de ella, así que le entregamos nuestra atención, nuestra energía mental.
Una vez que tiene nuestra atención, comenzamos a elaborar mentalmente esa idea y al hacerlo, empezamos a darle forma. Las imágenes y escenas mentales que creas con la visualización de ese sueño, le muestra al cerebro cómo se ve y se siente eso que deseas que suceda, antes de que suceda. Es importante soñar y enfocarte en eso que sueñas, visualizarlo como si ya estuviera sucediendo y ya lo estuvieras viviendo.
Ahora, enfócate en el sueño que todavía no se ha cumplido y escríbelo con todo lujo de detalle, como si fuera algo que ya has vivido y estás recordando ahora.
Bien, finalmente te propongo que trabajes con tu amnesia anterógrada que tendrás mañana por la mañana, como en la película, y que esta noche, cuando llegues a casa, busques imágenes de ese sueño. Ya sea que quieras montar una heladería o convertirte en una mujer más paciente y controlada, imprime una imagen de ese momento o de ese estado de quietud. Pégalo en un sitio donde lo veas todos los días. Además, vas a grabar un vídeo, tal y como sucede en la película, y vas a contar donde vas a poner esa heladería o cómo serás siendo esa mujer ideal en la que te quieres convertir.
Cada mañana lo vas a mirar, junto con las imágenes que has impreso y pegado en tu baño o cocina, y junto con toda la información que has recopilado sobre tu sueño, y vas a hacer el ejercicio de entrenar a tu cerebro para que viva ese sueño como si fuera realidad.
Es la única manera de llamar a las cosas que no son como si fueran, de ejercitar la fe y de conquistar nuestros sueños.